Dos caminos para hacer el Sistema Digital Central una realidad

¿Qué pasa si el gobierno actual no quiere un Banco Digital Mexicano?

Dos caminos democráticos para avanzar “lo quiera el gobierno o no, si lo quiere la sociedad, por democracia debe instaurarse”

En México, muchas personas sienten que mientras exista un gobierno poco dispuesto a modernizar o transparentar el sistema público, un proyecto como el Banco Digital Mexicano (BDM) —claro, eficiente, sin corrupción y centrado en la ciudadanía— sería imposible.

Pero esta percepción pasa por alto algo fundamental: en democracia, un cambio profundo puede surgir desde arriba o desde abajo. Ambas rutas son legítimas. Ambas han ocurrido históricamente. Ambas pueden sostener un proyecto de Estado moderno.

Por eso existen dos caminos claros y viables para que el BDM pueda construirse como institución nacional:


CAMINO 1 — Dialogar, convencer y entusiasmar a los actores del poder actual

Este camino parte de una premisa realista: que quienes hoy controlan las instituciones podrían ver al Banco Digital Mexicano como una herramienta de estabilidad, fortaleza fiscal y eficiencia nacional, no como una amenaza.

1. El BDM no otorga más control político sobre la vida privada

El miedo natural de cualquier gobierno es perder poder o ganar una responsabilidad fiscal imposible. Pero el BDM se puede diseñar para que:

  • La información individual siga protegida por la Constitución y por la arquitectura tecnológica.
  • Ningún funcionario pueda acceder a datos personales sin orden judicial y sin mecanismos de firma múltiple.
  • La estructura del sistema (blockchain distribuido, nodos independientes) impida el uso político discrecional de la información.

En otras palabras: el gobierno no gana más “ojos” sobre la ciudadanía; lo que gana es más estabilidad, más confianza institucional y menos espacio para la corrupción.

2. Garantiza recursos públicos constantes y previsibles

Hoy los gobiernos padecen:

  • Subrecaudación e informalidad fiscal.
  • Evasión de impuestos.
  • Ineficiencia en la recaudación y en el gasto.
  • Retrasos en la ejecución de obras y programas sociales.

Un sistema como el BDM, con contribuciones automáticas ligadas a cada operación económica, permite:

  • Tener una recaudación estable y difícil de evadir.
  • Reducir drásticamente los espacios para la corrupción fiscal.
  • Ejecutar proyectos sociales con menos retrasos e intermediarios.
  • Planear el gasto público con certeza de ingresos reales.

Así, cualquier gobierno que adopte el BDM siempre contará con fondos públicos suficientes para atender las demandas de comunidades y regiones, a través de los proyectos que las propias comunidades propongan mediante el sistema.

3. Es políticamente rentable para cualquier gobierno

Un gobierno que impulse y consolide el Banco Digital Mexicano:

  • Quedaría asociado históricamente con una reforma estructural positiva y profunda.
  • Podría presentarse como el gobierno que frenó la corrupción sistémica del efectivo y de la evasión.
  • Ganaría legitimidad ante la ciudadanía al mostrar resultados concretos en transparencia y eficiencia.

Pocos gobiernos querrían cargar con el costo político de oponerse abiertamente a un modelo tan claramente superior, si la sociedad lo entiende y lo demanda.

Conclusión del Camino 1: Es posible convencer al gobierno actual porque el BDM no le quita poder legítimo; le quita la posibilidad de usar la opacidad, pero le da estabilidad, prestigio y recursos.


CAMINO 2 — Construir el cambio desde la sociedad, independientemente del gobierno actual

La otra ruta también es plenamente democrática: si la sociedad quiere el cambio, puede impulsarlo por encima de la voluntad del gobierno en turno.

Las grandes reformas institucionales del mundo —bancarización, seguridad social, educación universal, voto libre— no nacieron del entusiasmo espontáneo de los gobiernos, sino de:

  • Presión social organizada.
  • Trabajo académico y técnico serio.
  • Debate público sostenido.
  • Transformaciones culturales graduales.

Pasos claves de este camino

  1. Crear un movimiento nacional de educación social sobre el BDM:
    • Explicar la seguridad del sistema.
    • Mostrar cómo elimina muchas formas de corrupción.
    • Explicar el acceso universal al crédito sin intereses usureros.
    • Describir cómo garantiza derechos básicos (educación, salud, servicios) con financiamiento automático.
    • Mostrar beneficios concretos para familias, empresas, comunidades y gobiernos locales.
  2. Construir consenso académico y técnico:
  3. Generar un documento constitucional ciudadano que describa el diseño institucional del BDM:
  4. Posicionar el tema en el debate nacional:
    • Medios de comunicación.
    • Redes sociales.
    • Debates públicos, foros, conferencias.
    • Alianzas con organizaciones civiles y académicas.
  5. Orientar el voto hacia fuerzas políticas que se comprometan explícitamente a:
    • Impulsar el Banco Digital Mexicano.
    • Proteger su autonomía.
    • Blindarlo constitucionalmente frente a la manipulación partidista.

Este camino no requiere la aprobación del gobierno actual. Requiere voluntad social organizada, que históricamente ha sido la fuerza más transformadora en todas las democracias.


La frase clave, explicada y legitimada democráticamente

La idea central puede formularse así:

“Lo quiera el gobierno o no, si lo quiere la sociedad, por democracia debe instaurarse”.

Esta frase no es un desafío antidemocrático al Estado; al contrario, es la expresión del principio fundamental de la democracia constitucional:

  • La soberanía reside en el pueblo, no en el gobierno en turno.
  • El gobierno es administrador temporal del poder, no su dueño.
  • Los cambios estructurales deben responder a la voluntad informada de la sociedad.

Si la sociedad mexicana, de manera amplia, informada y razonada, expresa que quiere un Banco Digital Mexicano, entonces:

  • Ningún gobierno puede oponerse indefinidamente sin perder legitimidad.
  • Las instituciones y las leyes deben adaptarse al mandato popular.
  • La reforma puede cristalizar en cambios constitucionales aprobados por mayoría calificada, impulsados por la ciudadanía.

Así han surgido todas las grandes reformas en la historia moderna: primero en la conciencia social, luego en las leyes y en las instituciones.


Conclusión: ambos caminos son válidos y dependen de la voluntad social informada

La diferencia entre ambos caminos es estratégica:

  • El primer camino es de cooperación institucional con el gobierno actual y con los actores que hoy tienen poder.
  • El segundo camino es de transformación democrática desde abajo, impulsada por la sociedad, la academia y la opinión pública.

Pero ambos comparten una idea esencial:

  • El Banco Digital Mexicano no es un proyecto partidista.
  • No pertenece a ningún gobierno ni a un grupo político específico.
  • Pertenece a la visión de país que la gente quiere construir.

Y si la sociedad lo quiere de manera clara y mayoritaria, entonces por fuerza democrática debe implementarse, con el gobierno que esté o con el gobierno que llegue.

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